Mi historia comienza con un final. Dejar Bellas Artes fue algo que cambió el concepto de vida que pensaba que iba a tener. Sí, después de 15 años en una academia de arte, llegué a la universidad y no me gustó. Fue entonces cuando apareció. La fotografía me encontró cuando más la necesitaba. Se convirtió no solo en una salida creativa para mí, sino también una forma de profundizar mi conexión con el planeta y otros humanos.

Durante mucho tiempo me sentí incomprendida. Sabía que quería la libertad de crear mis propios horarios, pasar tiempo en la naturaleza e impactar al mundo de manera positiva. Nadie debería sentirse así por perseguir sus sueños. Valoro mucho a quienes se atreven a dar el paso. Quienes se mueven por sus pasiones.

La verdad es que ya tenemos suficientes personas "perfectas" y, sinceramente, necesitamos más reales. 

Seguí creando y empecé a compartir fotos de las cosas que me encantaba hacer: una vida centrada en la naturaleza y la aventura, la apnea, los conciertos y las personas con las que comparto este camino.

Soy apneísta certificada y uso estas habilidades para difundir la conciencia sobre la conservación de los océanos.